Peregrinos de la Esperanza
Un poco de historia
No es un secreto que Europa está viviendo muy de cerca el fenómeno de la migración y de los refugiados, provenientes de países en conflicto (como es el caso especial de Siria), o en situación de extrema pobreza, hambre y exclusión (como ocurre en muchos países africanos y en américa latina).
Nuestra ciudad, y particularmente nuestro barrio de Las Fuentes, no está para nada exenta de esta realidad. Según los Datos Provisionales arrojados por el Ayuntamiento de Zaragoza el 1 de enero de 2018, el barrio de Las Fuentes está constituido demográficamente por un 83% de españoles (provenientes tanto de Zaragoza como de los pueblos aledaños) y un 17% de habitantes extranjeros, la mayoría de ellos provenientes de Europa del Este (Rumania), África del Norte (Marruecos) y América del Sur (Ecuador). Sin embargo, la situación de emergencia humanitaria que viven otros países como Nicaragua y Venezuela, así como la vuelta a una emigración masiva de colombianos y demás países de Sudamérica (Argentina, Bolivia y Paraguay los países que reportan mayor ingreso), ha intensificado la situación creándose en nuestra comunidad creyente una alerta importante que nos ha hecho plantearnos una acción humanizadora de acogida, desde mediados del año 2018.
Comenzamos con un grupo de 6 voluntarios venezolanos que solicitaron hacer uso de nuestros locales para el apoyo y orientación a los venezolanos de reciente ingreso. Al cabo de unos meses, se hizo un replanteamiento de la acogida como una iniciativa de parroquia, como oportunidad para ejercer la caridad evangélica concreta a la que estamos llamados los cristianos. Fue así como el párroco, junto con algunos migrantes ya acogidos, decidieron reimpulsar la hospitalidad hasta lograr un grupo consistente de voluntarios conformado por personas que antes fueron acogidas, y que decidieron comprometerse por acoger a otros, pues comprendieron que nadie podía entender mejor la realidad integral de un migrante como otro que ha pasado por la misma situación.
El fundamento principal lo hallamos en la necesidad de responder a la realidad que nos circunda como una llamada imperante del Espíritu, que resuena en nuestro corazón con las mismas palabras de Jesús: “fui forastero y me acogisteis” (Mt 25,35).
Hoy nuestra Hospitalidad cuenta con el respaldo de la ASOCIACIÓN PEREGRINOS DE LA ESPERANZA, organización que da cauce efectivo conformado por equipos de voluntarios que hacen vida de comunidad a través del servicio, la oración, la formación y la vida fraterna.
Qué es hospitalidad Cristo Rey
Atendiendo a la llamada del Espíritu en la realidad que contemplamos y en la voz del Papa Francisco, buscamos que la parroquia incorpore a su dinámica comunitaria los valores de: Acogida – Promoción – Protección – Integración, en todo lo que somos y hacemos.
Se trata de una iniciativa de la comunidad parroquial que pretende:
Objetivo General:
Generar espacios de acogida para los migrantes y refugiados, a fin de acompañarles en su proceso de integración.
Objetivos Específicos:
- Orientar a las personas que llegan en sus necesidades más urgentes, derivándolas a las instituciones competentes.
- Acompañar y apoyar emocional y espiritualmente a las personas migrantes y refugiadas que así lo solicitan.
- Conformar equipos de enlace para la búsqueda de empleo.
- Compartir momentos de ocio, formación e intercambio cultural.
Acciones asociadas:
- Comunicación a través de las redes sociales: grupo de WhatsApp de los voluntarios y lista de difusión de los beneficiarios.
- Relacionamiento con las instituciones formativas que ofrecen cursos (acreditativos y no acreditativos).
- Elaboración de un formato de registro – historial para hacer más efectiva la ayuda y tener referencias de la persona atendida.
- Recogida de alimentos básicos y vestido (sólo en casos de emergencia)
Servicios de orientación que prestamos:
- Grupo de apoyo
- Regularización
- Empleabilidad
- Vivienda
- Capacitación y formación integral
- Acompañamiento espiritual
- Ocio y tiempo libre
- Proyecto ″Koinonía″
El primer y gran servicio que prestamos es nuestra presencia humana. Somos concientes de nuestra pobreza material, pero ofrecemos nuestro tiempo, cualidades y energías personales para ayudar a levantar el ánimo de los que llegan con situaciones de dolor y desolación. Nuestro apoyo es el de una familia que se hace referente emocional y afectivo en torno al cual se van resolviendo poco a poco todas las necesidades, de manera paulatina.
Hacemos uso de los medios físicos y tecnológicos para mantenernos en constante comunicación y acompañamiento: grupos de WhatsApp, listas de difusión.
Intentamos hacernos presentes en sus días importantes.
Se explican los protocolos legales más comunes para la regularización de los migrantes y refugiados.
Se deriva a los organismos competentes en el área del asesoramiento legal (Casa de las Culturas, Servicios Sociales, etc)
Se orienta al migrante a partir de su ingreso a una nueva realidad, de acuerdo a su preparación técnica, necesidades laborales y planes personales.
Se orienta en la elaboración de un curriculum adaptado a las competencias del aspirante y a las necesidades del mercado.
Se deriva a las instituciones formativas y bolsas de empleo existentes (INAEM, Cáritas, Cruz Roja, etc).
La Hospitalidad tiene experiencias de éxito como mediadora entre los propietarios y los posibles inquilinos migrantes en proceso de regularización.
Estamos concientes de la dificultad que acarrea el que los migrantes de reciente ingreso no puedan optar por una vivienda digna. Además de apoyarnos en la Mesa por la Hospitalidad de la Archidiócesis de Zaragoza, promovemos otros cauces de ayuda para la asignación de vivienda, básicamente generando un proceso de confianza entre los propietarios y los candidatos al alquiler, para que se establezcan medidas y condiciones de acuerdo entre las partes para solventar los impagos.
Ofrecemos sesiones formativas sencillas y adaptadas a la gente que llega, sobre el desarrollo humano integral, herramientas de afrontamiento ante la nueva realidad, el proceso de duelo, plan de vida, motivación al logro, etc. Todo encuentro formativo está orientado a partir de los valores del Evangelio, sea de manera implícita como explícita.
Miramos, antes que nada, el historial de capacitación y formación de cada migrante, de cara a conocer en qué áreas están capacitados.
Orientamos en el proceso de homologación y convalidaciones, y derivamos a los organismos competentes.
Creamos acuerdos entre la Hospitalidad parroquial y organizaciones de formación y capacitación para el apoyo y matriculación de los migrantes que así lo solicitan (Fundación Sopeña, Centro Social María Inmaculada, Sociedad San Vicente de Paúl, etc.), y los recomendamos a dichas instituciones.
Se ofrece acompañamiento emocional y espiritual para todo el que lo solicite, de acuerdo al ritmo de cada uno y con los medios que la Iglesia nos proporciona: dirección espiritual, orientación en el plan de vida personal y familiar, elaboración del duelo, vida sacramental, experiencias de voluntariado y servicio al prójimo, inserción en la vida parroquial, etc.
Permanentemente, la Hospitalidad ofrece actividades espontáneas y encuentros entre voluntarios y personas acogidas, en los que se favorece el conocimiento mutuo y el intercambio cultural.
Se hacen recomendaciones y se deriva a las instituciones para el Ocio y Tiempo Libre del entorno, para la participación de sus hijos (Cantalobos, Casa de la Juventud, Patronato de Los Dolores).
“La comunidad cristiana nace de la efusión del Espíritu Santo y crece cuando comparte con los demás lo que posee” (Papa Francisco).
Desde hace tres años, la Parroquia de Cristo Rey acoge y acompaña a migrantes y refugiados. Esta experiencia de hospitalidad parroquial va dando frutos significativos para nuestro barrio, con aguas renovadas, convirtiéndose en casa entre las casas y lugar de encuentro entre los vecinos de toda la vida y sus nuevos habitantes provenientes de muchas tierras. Poco a poco, ha surgido un fuerte grupo de personas: algunos, migrantes que fueron acogidos al llegar; otros, parroquianos de siempre, españoles que apuestan por vivir su fe con una comunidad abierta y acogedora.
Así nace espontáneamente el Proyecto “Koinonía”, una “excusa” para cultivar esta cultura del encuentro mediante la participación de todos y con una sencilla meta común: dar color a nuestros espacios y recuperar los jardines parroquiales, con la ayuda de Shanty y Emilio, dos artistas del barrio que han puesto sus dones al servicio de este proyecto que busca generar una experiencia de integración real, de participación activa y de comunión fraterna.
A este respecto Ariel, un joven nicaragüense voluntario de la Hospitalidad y animador de monaguillos, expresa que “el compartir con los hermanos de la parroquia ha sido una experiencia muy enriquecedora. Tenemos la alegría de sentirnos útiles, retribuimos a la comunidad lo que hemos recibido de ella y pasamos ratos muy agradables entre los momentos de limpieza de los jardines”. Por su parte Gregorio, venezolano padre de familia, nos cuenta: “Al llegar a Zaragoza, mi esposa y yo quisimos buscar una iglesia donde el escuchar la Palabra de Dios fuera algo enriquecedor para nosotros como migrantes. Poco a poco nos hemos integrado a la comunidad apoyando la iniciativa de la Hospitalidad Cristo Rey para atender a personas que llegan en situaciones tan difíciles, desde el acompañamiento, la hermandad y la fe, en comunión con Dios y con los hermanos”. Agrega, además, que “de esto nace Koinonía, para crear espacios y hacer placentera esta Comunión”.
Encarna, parroquiana zaragozana, nos comparte que “es una experiencia preciosa y muy enriquecedora la de participar en la limpieza del templo y de los locales parroquiales porque, además de sentirnos útiles, disfrutamos de la charradica al final mientras compartimos un refresco y nuestras vivencias desde la última vez que nos vimos”.
Una experiencia concreta en la que todos cabemos, haciendo posible el Reino de Dios con renovadas fuentes cristalinas.
Voluntariado Peregrino
La Hospitalidad Cristo Rey se sostiene gracias al apoyo y tiempo de los voluntarios, quienes a cierto punto del camino se han organizado como ASOCIACIÓN PEREGRINOS DE LA ESPERANZA, cuyo objetivo es dar cauce efectivo a la Hospitalidad parroquial. El valor añadido que encontramos en nuestra iniciativa está en que sus voluntarios han vivido antes la experiencia de ser acogidos por nuestra comunidad parroquial. Esto ha dado a nuestro equipo un nivel de comprensión importante para hacer frente a la situación de migración con mayor realismo y empatía.
Los voluntarios se han integrado paulatinamente a la vida comunitaria que la parroquia ofrece en franca acogida y buen trato, junto a los vecinos nativos, generándose una práctica y un “criterio de encuentro” importante que ayuda a reavivar nuestra comunidad y darle un talante de integración y acogida, de alegría y entusiasmo.
El grupo de voluntarios se ha conformado como comunidad de apoyo entre ellos, con los migrantes que vienen llegando y con los vecinos (especialmente con los más mayores que viven solos). Compaginan su trabajo o estudios con momentos de acogida, formación, oración y cultivo de la vida comunitaria.
Hemos podido distinguir tres tipos de realidades: los voluntarios nativos, que son vecinos del barrio dispuestos a colaborar en servicios concretos; los voluntarios migrantes que fueron antes acogidos; y, los acogidos, primeros beneficiarios de la atención y razón de ser de la Hospitalidad.
- SERVICIO DE ACOGIDA:
En principio, se ofrece acogida a los migrantes y refugiados que se acercan a la parroquia un día a la semana (jueves de 17:00 a 19:00 hrs). Sin embargo, con frecuencia se requiere más tiempo del previsto para acompañar, asesorar y derivar.
- FORMACIÓN:
Poco a poco, el grupo de voluntarios se ha visto en la necesidad de formarse, tanto a nivel de desarrollo humano integral, como de pautas para acoger dignamente y con eficacia. Además, por la dificultad por la que muchos voluntarios atraviesan para homologar sus estudios, realizan cursos de formación para adquirir nuevas competencias para el sustento de sus familias.
- ORACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL:
El grupo de voluntarios ha comprendido la presencia permanente del Espíritu y han sido testigos de muchos milagros cotidianos entre sus compañeros. Esto les ha hecho ver la necesidad de cultivar la relación con Dios y la vida interior. Para ello, asisten a la Eucaristía de la comunidad parroquial (generalmente los jueves y domingos), así como han solicitado realizar todos los jueves la Adoración Eucarística como una “prolongación” de la acogida, espacio donde oran por las familias atendidas, donde disciernen y escuchan la Palabra de Dios.
- TIEMPO DE CONOCIMIENTO, OCIO E INTERCAMBIO CULTURAL:
El grupo de voluntarios se comprende a sí mismo como un núcleo dinamizador de la iniciativa de la Hospitalidad, y buscan acrecentarse como comunidad, “lugar” de encuentro y acogida, “casa” de puertas abiertas. En torno al núcleo animador de la experiencia, se van sumando muchos migrantes y refugiados más, que colaboran eventualmente, que buscan integrarse manteniéndose cerca y en comunicación.
- CORO PEREGRINOS DE LA ESPERANZA:
Como parte de la integración de los parroquianos, ofrecemos un espacio musical en el que sus integrantes, nativos y migrantes, rompen las posibles barreras de desconfianza creando un momento de fraternidad y compartir.
Se reúnen para ensayar los sábados de 17:00 hr a 19:00hr.
Dirigido por el Maestro Daniel Astorga, licenciado en Dirección Coral y Piano
Documentos descargables en pdf
Para más información descárgate los folletos en pdf de cada actividad o servicio que desarrollamos desde PEREGRINOS DE LA ESPERANZA
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